No

No, es el monosílabo que escucho desde hace varios meses. No deterneme en el camino preocupándome por los días futuros, sino mas bien, vivir intensamente el presente. El pasado es memoria, el futuro es incierto; lo que cuenta es el hoy. Pero el hoy atrapado entre esas dos dimensiones sufre la angustia del querer apartar los temores, las caídas del alma, la fe que lucha por no sucumbir en el materialismo, en la brevedad de la existencia. Entonces, mi corazón galopa y lo siento levantarse como un caballo que a punto de desbocar... llora.

Amparo