Friday, April 28, 2006

Piscis me recuerda mis arrebatos

Antes creía mucho en los signos zodiacales, no lo que me decía el cómo iba a transcurrir mi día, usualmente era lo opuesto. Pensaba que era imposible el dibujar los parámetros personales siendo que iba dirigido a tantísima gente que nació bajo ese signo. Pero, hoy que por fin descanso de tantas amanecidas, de poca comida, de mucha agua, de dolores en el cuerpo (por fin puedo moverme otra vez como antes) que detuve a tiempo uno de mis tantos defectos: arrancar todas las hojas del calendario de mi vida y decir que empiezo de nuevo. Entonces recuerdo al mar que tanto extraño, su fuerza que me envolvía y obligaba a luchar contra la corriente que me arrastraba hacia dentro... ¡qué placer! sí, qué placer, una victoria que lograba concentrándome en mis precarias fuerzas contra la naturaleza misma. Recuerdo que me impidió deshacerme de este blog, Tiempo Conjugado y de tantas cosas que hoy por la tarde iba desenvolviendo. Piscis, dicen que así somos los piscis y como me gusta dar la contra, me puse en el medio de ambos pececillos y aquí estoy de nuevo sin haber roto algo, respirando profundamente, dudando si me tomo una Samuel Adams, si acepto la invitación de Pepe... su voz me sacó del sopor que me ha envuelto como una nube que atenta obedece alejarse del lugar.

Visité algunas bitácoras, no todas. Estuve leyendo la de Iria, me gusta como escribe esta chica, es muy buena. Me gustó también lo que escribió CEM... ¿será cierto que Corintios en ese capítulo fue plagio? me dejó pensando, ya no tanto la belleza misma de lo que implica el amor de verdad, sino el hecho mismo del hurto y hacerlo propio.

Los años me cansan, no los físicos, los años que se desvanecen con el soplo de los días. Es un breve período de vacaciones, el cual pienso dejar todo listo para cuando viaje a Perú y me encuentro unas semanas con mis progenitores. Hoy no tengo ganas de avisar que estoy escribiendo, hoy no tengo ganas de decir que existo... hoy solamente vengo para cumplir con la promesa de no dejarme llevar por el hecho de querer hacer borrón y cuenta nueva en mi vida entera. No porque tengo la dicha, me parece, de ser feliz y yo no lo sé aún.

Amparo

Sunday, April 02, 2006

Dicotomía en la literatura y cinematografía




En la novela Aves sin nido, la autora-narradora señala los problemas que sufre el indígena por ser parte de una dicotomía social y racial en el Perú. Matto de Turner trata de capturar la realidad del indio en el antiplano peruano, como si fuera una fotografía, con las tajadas del lápiz. Sin embargo, su acontecimiento literario cae en una paradoja: “la novela como tal … no puede existir sin el indígena iletrado.” En otras palabras, el tema de la novela Aves sin nido, se basa en el sufrimiento del indígena que la escritora quiere sacar a luz y arreglar. A pesar de que su género literario y éxito requiere de ese problema, Matto de Turner no logra develar el verdadero martirio del indio, y eso debido a que proclama una conciencia falsa que empeora la situación del mismo.

Similarmente, los problemas y complejidad de la dicotomía social y racial en las nuevas colonias, son explorados en la película “Queimada”, realizada por el cinematógrafo, Gillo Pontecorvo. La gran diferencia es que las herramientas del cine usadas en la película “Queimada”, permite que el espectador interprete y acepte una conciencia posible, acercándolo más a las causas de los problemas de la clase y raza “inferior”. Otro punto a su favor es que “Queimada” se acerca a una búsquedad de posible soluciones.

La dicotomía en Aves sin nido no puede despertar una conciencia real o posible, porque al excluir al indígena, y tratarlo como un niño, el lector no se da cuenta de la realidad del indígena. Matto de Turner expone una realidad falsa, ésta es distorsionada al ser narrada a través de de los ojos de Lucía, quien observa los problemas del indio desde el exterior. Lucía, por no ser india, solamente puede observar los problemas del indígena, los cuales ella analiza con razonamiento occidental.

El lector, por lo tanto, recibe los relatos de Lucía, y éste termina por creer que
compadeciéndolo y educándolo, uno puede cambiar su situación con los curas y la ley, lo cual no es cierto, pues empeora la situación del indio, al mantener una falsa esperanza. Matto de Turner no logra explorar la realidad, pues mantiene al indígena como un menor de edad en su acontecimiento, y lo que hace es fortalecer la diferencia de clase que existe entre en el indio y el criollo/mestizo en el Perú. Como primera novela “indigenista”, la manera en que ella ve al indio es la manera que será visto hasta que otro autor salga del mundo mismo del indio. Los criollos y mestizos de su época también percibirán a los indios como niños, y peor aún, como si los indios no fueran desarrollados mentalmente, y los etiquetan o atan en un nivel social e intelectual inferior.

Matto de Turner expresa claramente al fin de la novela mediante la representación de Manuel y Margarita, que cualquier persona indígena (o de mezcla indígena) que trate de desarrollarse, le resultará vano cualquier esfuerzo, porque siempre habrá algo que lo condene a seguir sin conciencia social. Es decir, que no importa cuánto trate un indígena de “mejorar”, él va a quedar atado a su posición social por fuerzas desconocidas, fuerzas de la naturaleza, que uno no puede explicar. Tales fuerzas inexplicables excusan la actitud menospreciante de la sociedad y del gobierno con el indio.

La dicotomía que existe en la novela Aves sin nido, expone una paradoja: los indios, en su mayor parte, son ignorantes del acontecimiento literario que los relata como niños, incapaces de traer hacia abajo las torres que los atan a su nivel socioeconómico. Por lo tanto, la conciencia no es despertada en la mente de los que viven la realidad que Matto de Turner trata de exponer. Por lo tanto, el indio ignorante, como es visto ante los criollos y mestizos, e ignorante de las posibilidades de rebelarse ante los curas y gobernadores, no reflexiona en tales posibilidades.
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La pregunta ahora es, ¿es el relato de Matto de Turner un relato hecho concientemente, o es que ella en verdad es tan ingenua como lo es Lucía? Al creer que Matto de Turner es tan ingenua como Lucía, uno se pregunta entonces, ¿cómo es que ella puede darse cuenta que el indio sufre, pero no puede llegar a la raíz de su dolor? Mas entonces, ¿cómo es que ella puede darse cuenta de que los curas y los gobernadores hacen tanto daño al indio, pero no se da cuenta de que la clase burguesa del Perú (a la cual pertenece Lucía) existe sin cometer ningún error? Claramente, la primera respuesta es simple: ella no vive la vida del indio, entonces no puede entender de donde viene ese sufrimiento. La segunda respuesta es un poco más complicada, pues al darse cuenta del daño que hacen los curas y gobernadores, uno debe de llegar a darse cuenta que la gente que mantiene a los curas y gobernadores en posición de cargo es la clase burguesa, o los criollos y mestizos. Por lo tanto, uno puede asumir que Matto de Turner no ha tratado este problema a conciencia, pues, de haberlo hecho, apuntaría el dedo a la gente de su círculo social. Esto implica que su diagnóstico de que el indío es como un niño es un diagnóstico hecho deliberadamente para alimentar la conciencia falsa y para mantener la dicotomía existente en el Perú entre la clase alta y la clase baja, entre los indios y los mestizos. Por lo tanto, la dicotomía que Matto de Turner ejercita en su novela, Aves sin nido, sirve para disfrazar un sentimiento real (el sufrimiento del indío), con una fantasía (la conciencia falsa), para poder demandar el cambio en una cosa: la iglesia y gobierno, pero no en lo otro: el problema real.

Mas aún escrito de cómo ella quiere acercarce a la realidad y tomar una fotografía literaria, Matto de Turner se lava las manos de la mala interpretacíon. Al igual que raramente uno duda de la realidad de una fotografía, un lector no dudará de los acontecimientos que han sucedido.


La película “Queimada” trata de entrar en la mente de la clase alta y el problema de la clase baja, dando un ejemplo concreto de la paradoja que existe con Aves sin nido en términos de gobiernos coloniales. Pontecorvo hace esto posible desarrollando el personaje de José Dolores. Conforme a la conciencia popular que José Dolores desarrolla, el espectador también desarrolla su propia conciencia popular. Pontecorvo trabaja en virtud de hacer reflexionar al espectador sobre el punto de vista de José Dolores, quien está en oposición al personaje de Sir William Walker y los líderes del gobierno.


La gran paradoja que Pontercorvo explora es cómo la modernidad depende del punto de vista del colonizado, en el caso de la película, esclavos y ex-esclavos. Como puede verse claramente en el hecho de que la Royal Sugar Inc. para poder prosperar, tiene que existir una clase que produce los bienes y que no trate de sublevarse. Similar a Aves sin nido, cuando José Dolores trata de tomar control de la nueva gobernatura, él se da cuenta que por su falta de educación occidental, no tiene el poder o la sabiduría para poder cambiar su posición en la vida. Mas aún, él se da cuenta que él depende de la clase moderna, de los líderes del gobierno que lo representan y que controlan los negocios de los recursos naturales que la raza negra produce. Pero mientras la clase de gobernantes siga identificando a la raza morena como niños que necesitan ser cuidados, y no representados, los mismos problemas que existen en Perú con los indígenas... brotan y la clase “inferior” quedará reprimida.

Pontecorvo puede exponer esta paradoja sin involucrarse, como lo haría Matto de Turner, porque la cámara del cine puede hablar por él, sin tener que expresarse explícitamente. El espectador asume que lo que ve a través del lente de la cámara fotográfica o de cine es verdad, porque lo puede ver con sus propios ojos. Entonces, al igual que la fotografía, la realidad representada en la cinematografía es difícilmente refutada. Este hecho de credibilidad es aprovechado por el cinematógrafo para exponer su versión de la realidad sin permitirle al espectador a formular su propio criterio, ya que de ser así, el cineasta podría fallar en su objetivo primordial de despertar la conciencia social del espectador. Además, en el caso de que el espectador equivoque el sentido del mensaje, no habrá forma de sacarlo de su error, ya que como se ha dicho, las imágenes quedan grabadas en la memoria, lo que no sucede fácilmente con las palabras que carecen de apoyo visual.

Los dos artistas, Matto de Turner y Pontecorvo pueden llegar a sus metas de pintar su propia realidad ante el público porque ellos asumen un punto de vista omnisciente. Esa es la razón por la cual el espectador no duda de la realidad que experimenta al ver “Queimada” y puede conducir a una conciencia popular. Matto de Turner usa esa misma omnisciencia para decirle indirectamente al lector “cómo son las cosas” en Aves sin nido. A pesar de que ambos artistas presentan una realidad cruel indígena/esclavo, únicamente Pontecorvo presenta un poco de esperanza en la realidad posible de José Dolores. Es la cámara, el ojo omnisciente que no sólo relata la historía de “Queimada”, sino que también explota la vulnerabilidad y frustación de José Dolores. Tanto Matto de Turner como Pontecorvo usan técnicas para mostrar la realidad que ellos ven, la realidad que causa en el lector y espectador un despertar de conciencia popular. En el caso de Pontecorvo, él expone cómo el mundo moderno depende del mundo subdesarrollado, mientras que en la novela de Matto de Turner existe dentro de esa paradoja de dependencia, y por lo tanto mantiene la mutua dependencia.

Patricia Ortiz-Tello

Estamos en época de elecciones en Perú, pienso que ver lo que la juventud peruana entiende de nuestra problemática es importante. De allí que con su permiso coloco este estudio previo al ensayo final. En la fotografía aparecen las hermanas Andrea y Patricia (Andrea a la izquierda y Patricia a la derecha) foto tomada el año 2005 en la Bahía de Paracas.

Amparo Tello