Descansa en Paz, Juan Pablo II

Descansa en Paz, querido Juan Pablo II. Ayer cuando pensaban que ya eras pasado en esta tierra, mis sentimientos de guardar se vieron afectados con el circo puesto ante el edificio que tu cuerpo con vida se encontraba en plena lucha por seguir en esta tierra, y los otros ya te daban por muerto. Imagino que ahora ya eres otra alma noble que se sienta ante la mesa Divina. El viento desde muy temprano se ha hecho presente, tuve ese sentir que se incrusta profundo, cuando la naturaleza se duele de perder a alguien que ama, y su forma de demostrarlo es alterando su comportamiento.

Pero creo, que hiciste bien en dejarte llevar por Dios, no era justo que sufrieras en vano si tu trabajo ha cumplido su ciclo y has cerrado con llave de oro tu pecho.

Amparo Tello