Tres Lustros
Hoy se cumplen quince años de haber virado el timón. Dos pequeñas niñas sin comprender el por qué, accedieron a llenar sus maletas de preguntas sin esperar respuestas, respuestas que tampoco yo podía dar. Ese mismo día, mejor dicho en pleno vuelo, se estaba decidiendo el destino del Perú, Fujimori ganó a Vargas Llosa. En mi mente retumbaba aún la bomba que tres días antes habían colocado en el Banco que quedaba cerca de mi casa y que gracias a Dios no explotó cuando pasó por allí mi papá o el papá de ellas, o mis hermanas. Eran días de terror. Como cuando esos ingresaban a los salones de clases de las principales universidades y aquél que osara tratarlos como se merecían, esa misma noche aparecía ese profesor hecho cadáver con una nota de "así mueren los traidores". Angustia de esperar la movilidad de las pequeñas. Angustia de saber a cada uno llegar con bien: el abuelo, la abuela, los tíos, las tías, el papá. Las iglesias que se llenaban más de lo usual para combartir con oración el miedo. Las historias que nos tocaron de muy cerca, los parientes asesinados, los amigos mutilados. El horror. Esas eran las respuestas que me callaba, yo sabía que las pequeñas lo intuían, porque sabían del miedo, de los apagones, de los llantos quedos, de las oraciones. Ese mismo día en que subimos al avión, ese mismo día mi corazón se partió en dos mitades. La vida se basa en un eterno tomar decisiones, siempre se gana y si pierde. ¿Cómo lograr el equilibrio?
Amparo Tello
Amparo Tello
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