La importancia de grabar...
Pues sí, me di con las bodas de plata de la promoción de arquitectura de mi año, 1975...ufff qué cantidad de años. Lo descubrí cuando estuve en Lima. Soñar no cuesta nada. Allí está mi nombre, lo leí y no lo creí. No terminé, los nervios se me destrozaron con tantos disturbios, trepada de muros, salir entre cordones de policías, llantas ardiendo en las pistas. Dejé un tiempo mi querida alma mater, trabajé como asistente de arquitecto en una compañía de ingeniería... no regresé. Es la primera vez que no me quejo de un error. Soñar no cuesta nada.
Amparo Tello
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